En verdad, senda suave, soy tu hormiga,
y, mieses rumorosas, vuestro grano;
asno del leñador, soy tu fatiga,
y astro admirable, tu admirado hermano.
Inevitable Hora, soy camino
de tu pie inevitable de fantasma,
y para ti, Pasión, soy polvo fino
que trémula tu mano loca plasma.
De todo lo que amo soy un poco,
y el espíritu en éxtasis confundo
con todo lo que miro y lo que toco.
Sólo de un ser estoy siempre lejano,
inarmonioso... Y me pregunto en vano
si en verdad ese ser es de este mundo.