Cubra tu forma de ánfora un sudari… lleva en la mano el arlequín de pa… del deseo difunto y desencaja de ti misma el impulso pasionario. Y anima en tu atavío funerario

La muy pobre fortuna que deploro es de un valiente contendor esclav… una felicidad pasada clava en la desdicha actual su lanza de… Me empaña con su gracia azul el ll…

Despedirse de tanta, tanta cosa que me tuvo tan larga compañía y al fin y al cabo es lo que más v… viéndolo bien, ¿no es cosa doloros… Porque yo escribo este soneto y si…

Con el casco opulento alta la test… recta y firme, el mirar como soñad… sobre extendida garra la otra pues… y ola de hierro el cuerpo recostad… por su actitud de contenido empuje

—¿Cuándo te dije mi secreto alado?… ¿cuándo paseaste con tu buen amigo… ¿cuándo, las frentes juntas, he mi… loa guirnalda de flor de estar con… —Cuando quedó tu lágrima conmigo,

II Y pues que recordar es necesario para sentir vivir, ¡ay!, recordemo… deshójense marchitos crisantemos frente a mi hoy, espejo solitario.

Si yo nací para más alta empresa que arrojar el honor de mis deseos a los ligeros pies de una belleza, como se echaba el guante en los to… me avergüenza mirarme en este inst…

Cuando contemplo mi presente estad… y aquello que tenía y lo que hacía… llamo al buen tiempo de vivir, pas… pues todo lo de ahora es cobardía. Pero a veces no sé qué cosa hermos…

II Majestuosos, sombríos, colosales, eucaliptos vibrantes en el viento, protegiendo en las tardes otoñales la humildad del camino ceniciento

Perdóneme el amor cuando comprenda… mi vivir cotidiano rectifique y una fácil razón fije y explique lo que razón de arte desenmienda. Pues a veces siguiendo la ondulant…

El áspera razón de abandonarte aunque tiempos mejores nos sonrían… no es de las que en epístola se en… ni de las que, sutil, decora el ar… Es razón de decir entre sollozos,

Espíritu gentil que de Valclusa las selvas de laurel paseaste tant… razonando de amores con la musa que alargaba el honor de tu quebra… como a ti me ha dejado una confusa

Manos arbitradoras de destino, que ahora entrelacé sobre mi pecho como es de arrepentidos el derecho… sobre vosotras la mirada inclino. Nunca os había visto, manos mías,

Triste está la casa nuestra, triste, desde que te has ido. Todavía queda un poco de tu calor en el nido. Yo también estoy un poco

¿Qué es esto: ayer no más árbol de… y seco, abandonado, inmóvil, mudo, de nuevo al cielo azul joven te el… pomposamente lleno de hojas nuevas… ¿Y aquellas ramas rotas que tenías…