No encuentro paz, ni me conceden guerra,
de fuego devorado tengo frío,
abrazo al mundo y quédome vacío,
me lanzo al cielo y préndeme la tierra.
Ni libre soy, ni la prisión me encierra,
veo sin luz, sin luz hablar ansío,
temo sin esperar, sin placer río,
nada me da valor, nada me aterra.
Buscó el peligro cuando auxilio imploro,
al sentirme morir me encuentro fuerte,
valiente pienso ser y débil lloro.
Juguete soy, con tan extraña suerte,
de una belleza a quien ardiente adoro,
que no quiere mi vida ni mi muerte.