Tengo unas cartas guardadas en mi mesa
Todavía no las quemé bajo la luna llena
No sé si el tiempo las volverá cenizas
Y no quiero arriesgarme a perderlas sin razón
Tengo un pedazo de sueño entre mis manos
Que, según la historia, debía desvanecerse
Pero un susurro quedó atrapado en mi piel
Eso sí, lo escondí entre mis versos
Tengo los ojos llenos de tinta
Un poema que se niega a quedarse quieto
Solo por pensar que aquel recuerdo
Alguna vez me perteneció
Tengo una historia que nunca termina
Páginas enteras esperando un final
Una rosa con miedo a marchitarse
Y un ritual que no sabe si funcionará
Tengo la vida y el olvido danzando juntos
Como si supieran sostenerse sin caerse
Como si no fueran, al final, la misma cosa
Y otro poema sin despedida.