Tengo unas cartas que dicen
que seré un gran escritor.
Me gustaría que vieras en mí
esa fe,
porque a menudo sueño contigo.
Y aunque no me gusta creer
lo que me dicen las cartas,
de todos modos, pienso:
“Pronto se acabará el mundo.
Y los libros arderán en llamas
antes de que el sol se apague”.
Con esto quiero decir:
“¿Para qué?”.
Y sin embargo descubro la oquedad
tras las persianas,
y admiro implacable el ocaso,
y observo todas las cartas,
así como también me gusta
mirarte
tantas veces.