Anoche,
la luz del cariño
alumbro el camino
a tu puerta endurecida.
Llegue,
con el corazon generoso
y la pasion desarmada,
a escuchar tu voz
entre el rumor de un quizas
y un vaso de vino.
Pero habias huido
a lugar mas lejano
de mis celos cautivos,
presintiendo el rostro extraño
que cubriendo estara
el ocaso de tu mirada perversa