Estalla en mil espejos
la mañana curiosa aun,
bosteza colores dormidos
reflejos de madera y rocio.
Risueño teje el arroyo,
su canto de cristal,
el bosque le responde
con el murmullo transparente
de su propio eco.
Y asi, de subito,
cruzando la humedad y el silencio,
rebotando en el verde y la niebla,
casi sorprendida
de su brillante osadia,
la luz se hizo.