Tu subjetividad me sentencia a ciclos que no cierran, heridas que no sangran y lágrimas que no caen, algo debo de hacer, con algo ésta angustia debe desaparecer.
Perforé mi pecho para ver qué podía usar, algo tenía que servir, nada pude encontrar. Todo seguía vacío igual que la primera vez que chequé, abro cada parte de mi cuerpo para revisarla y todo sucede igual, ya no está, ya no está.
Pondré una vela, una navaja y un espejo dentro de mi pecho, sé que algo se puede quemar y que algo se puede cortar, pero no importa porque al menos un poco me debe alumbrar, algo debo sentir y un poco de todo ésto podré ver.