Escucha, vidita mía,
mis suspiros y lamentos,
que yo por quererte a ti
olvidé los mandamientos.
El primero amar a Dios,
yo no lo amo como debo,
porque tengo puesto en ti
todo mi amor verdadero.
El segundo no jurar,
yo juro que te he querido,
porque tengo puesto en ti
todos mis cinco sentidos.
El tercero que es la misa,
no la oigo con devoción,
porque tengo puesto en ti
alma, vida y corazón.
El cuarto que es la obediencia,
a mis padres les perdí,
a mayores y menores
sólo para amarte a ti.
El quinto es no matar,
de buena gana lo hiciera,
le quitaría la vida
a la que contigo viera
y a uno que mal me pagara
una muerte cruel le diera.
Cogollo
Viva la noble compaña,
hojita de pensamiento,
el que ama con alma y vida
no sabe de mandamientos.