Tu piel curtida brilla en la negrura,
músculos fuertes como la montaña.
Forjas el oro que el suelo acompaña,
con manos rudas, con voz de ternura.
Cargas la mina con sangre y con fuego,
hueles a tierra, carbón y rocío.
Luchas con sombra, sudor y vacío,
pero en tus ojos yo encuentro sosiego.
Tiemblan tus labios si el aire suspira,
luz en las vetas, luna en la piedra.
Sueñas con sombras, con noches en hiedra,
pero en mis brazos el miedo se expira.
Brilla tu pecho, cobre encendido,
mueve la mina con tu latido.
Soy de tu aliento, soy tu suspiro,
sigo tu rastro, sombra y camino.
Déjame amarte con fuego y estrellas,
yo seré el agua, tú serás brasa.
En esta vida que el polvo traspasa,
siempre en mis sueños tu piel será huella.