Mamá, hoy quiero decirte
lo que a veces no sé expresar,
pero que siento en mi pecho
cada vez que me haces soñar.
Tus manos son nidos suaves
donde siempre quiero estar,
tus besos son mariposas
que me enseñan a volar.
Cuando el mundo me lastima,
tú lo sabes remendar,
con palabras de algodón
y un abrazo sin final.
Eres risa en mis mañanas,
eres paz en mi andar,
y por eso, madre mía,
¡siempre te voy a amar!