Mamá, te busco en el cielo,
en la brisa del amanecer,
en las flores que me abrazan
cuando no sé qué hacer.
Te encuentro en los susurros
que el viento deja al pasar,
en cada rayo de sol
que me viene a calentar.
Cierro los ojos, te siento,
como un eco en mi corazón,
como un latido invisible,
como un abrazo de amor.
Aunque no pueda verte,
sé que nunca te irás,
porque vives en mi risa,
porque en mi alma siempre estás.