Las voces del viento
me traen rumores
de antiguas historias,
de viejos amores.
Son cantos lejanos
que el alma estremece,
susurros de antaño
que nunca enmudecen.
Los dicen las olas,
los llora la brisa,
los llevan las hojas
que el tiempo marchita.
Los canta la niebla
que cubre los montes,
los grita la lluvia
golpeando los robles.
Y yo, cuando escucho
su triste lamento,
me pierdo en las sombras,
me ahogo en el tiempo.
¡Ay, voces queridas,
canciones de infancia,
si vuelven un día...
que nunca se vayan!