Todo niño es artista,
vive en su fantasía,
pinta un sol que resista
la oscuridad del día.
No teme al trazo errante,
ni al lienzo vacío,
su arte es puro y grande,
bajo un cielo tan frío.
El tiempo le roba el alma,
pone reglas y miedos,
pero su voz, en calma,
vuelve a ser los recuerdos.
Que el niño no se pierda,
que su arte no se acabe,
que en su corazón muerta
la chispa nunca se apague.