#EscritoresChilenos
Ven conmigo ven conmigo, escóndete. Nuestro jefe está esperando, escóndete. Caminaremos de noche,
Con su mejor vestido bien planchad… temblando de ansiedad sus lágrimas… a los lejos gemidos de perros y de… el parque estaba oscuro y la ciuda… Apenas quince años y su vida march…
Del poeta y cantor Atahualpa Yupanqui Preguntitas sobre dios Un día pregunte yo ¿abuelo donde esta dios?
Me entregaron una pala que la ciudara pa’ mí que nunca la abandonara pa’ que la tierra regara. Despacito, despacito.
Somos cinco mil aquí en esta pequeña parte la ciudad. Somos cinco mil. ¿Cuántos somos en total en las ciudades y en todo el país?
En mis pagos hay un árbol, que del olvido se llama, al que van a despenarse, vidalitay… los moribundos del alma. Para no pensar en vos,
Igualito que otros tantos de niño aprendí a sudar, no conocí las escuelas ni supe lo que es jugar. Me sacaban de la cama
Siete rejas, siete llaves, siete ríos, siete mares. Siete son los que te llevan, siete son los que te traen, siete son mis siete mares.
Herminda de la Victoria murió sin haber luchado derecho se fue a la gloria con el pecho atravesado. Las balas de los mandados
Frágil como un volantín en los techos de Barrancas jugaba el niño Luchín con sus manitos moradas con la pelota de trapo
Quién me iba a decir a mí, cómo me iba a imaginar si yo no tengo un lugar en la tierra. Y mis manos son lo único que tengo
Voy a hacerme un cigarrito acaso tengo tabaco si no tengo de’onde saco lo más cierto es que no pito. Ay, ay, ay, me querís,
Gloria dejo en memoria, y estas razones aquí, del que no llore por mí, porque me quita la gloria. Vos como maire Señora
Las casitas del barrio alto con rejas y antejardín, una preciosa entrada de autos esperando un Peugeot. Hay rosadas, verdecitas,
Cuando voy al trabajo pienso en ti, por las calles del barrio pienso en ti, cuando miro los rostros