La poesía es siempre un después.
Cuando no existían autores ya existía la literatura. En
aquella época, trabajaba yo en una Compañía de Seguros.
La jarcha tartamudea de gozo en el lenguaje del amor
no existente hasta entonces.
De la poesía, amo su insobornable fidelidad a la prostitución.
La enfermedad se hizo romántica cuando fue diagnosticada por el arte.
La elegancia es siempre una promesa.
Ellos Son ordinarios, pero desconocen la ordinariez.
El encargado del registro no se lava las manos.
Un solo bostezo aniquila diez años de intensa pasi6n.
Todo lo cursi es mariquita. Venga de donde venga.
¡Es tan bello regresar de lo bello! ¡Es tan bella la pérdida!