Hitos vagarosos enamoran, desde el minuto montuoso que obstetriza
y fecha los amotinados nichos de la atmósfera.
Verde está el corazón de tanto esperar; y en el canal de Panamá
¡hablo con vosotros, mitades, bases, cúspides! retoñan los peldaños,
pasos que suben,
pasos que baja–
n.
Y yo que pervivo,
y yo que sé plantarme.
Oh valle sin altura madre, donde todo duerme horrible mediatinta, sin ríos frescos, sin entradas de amor. Oh voces y ciudades que pasan cabalgando en un dedo tendido que señala a calva Unidad. Mientras pasan, de mucho en mucho, gañanes de gran costado sabio, detrás de las tres tardas dimensiones.
Hoy Mañana Ayer
(No, hombre!)