Tobias Granado

Ropero amigo

Las puertas del ropero permanecen abiertas,
constantemente, día y noche.
Me ven y yo puedo verme a mí a través de ellas.
Estamos ambos desnudos y nos miramos toda la noche.
Me duermo, descanso,
ellas no.
Tienen los ojitos bien abiertos y grandes,
no son redondos, no son nada probablemente.
Está mi traje, algunas camisas,
mis calzoncillos, algún secreto de primaria,
alguno actual.
Sigo buscando sus ojos. Soy incapaz.
Quiere darme un abrazo. Es notorio.
Lo hace notorio.
Lo hace
notorio.

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