Te finges un “hombre de metal”
Con palabras que hieren y hacen mal,
Pero tu ausencia es el verdadero dolor,
Que agudiza mi sed de amor.
¿Por qué me atraen tanto tus ojos azules?
En ellos se ahogan la tristeza y el deseo,
Tú ocultas todo tras la prepotencia,
Yo me rindo ante tu inaccesible presencia.
Y sin embargo me has robado
El corazón, sin decirme nada,
Yo no sé cómo lo he permitido,
Ni cómo sigo aquí, tan herido.
Espero que algún día puedas
Comprender la profundidad de mis anhelos,
Que salgas de tu aislamiento,
Y descubras en ti la belleza del sentimiento.
Hombre de metal, no te cierres a la humanidad,
Déjame entrar en tu vida, en tu verdad,
Pues detrás de todo eso, en realidad,
Tu corazón no es más que un cristal.