En el salón se oyen risas y brindis,
pero mi corazón pesa como una losa,
un amor que nunca fue correspondido,
un secreto que nadie sabe.
Cristales tintinean en la luz dorada,
pero mi alma se siente desgarrada,
una promesa que nunca pudo ser,
un camino que se desvaneció.
Los recuerdos son como burbujas de champán,
efímeros, fugaces, irrepetibles,
una promesa rota, un corazón herido,
una historia que nunca pudo ser.
En mi mente, una sola pregunta queda,
¿por qué amamos lo que nunca podemos tener?,
¿por qué construimos castillos en el aire,
que se desvanecen con el primer rayo de sol?
En mi corazón, una tristeza profunda,
un amor que nunca será correspondido,
una historia que nunca será escrita,
un sueño que nunca será cumplido.
Así son los amores en la vida,
como burbujas de champán que se escapan,
efímeros, bellos, inolvidables,
y al mismo tiempo, tristes, dolorosos, irremediables.