Nos dicen que somos un país
en vías de desarrollo
pero no es cierto.
Somos un país tercermundista, estancado
ignorante, experto en darle la espalda a su historia,
quemando a quienes
mantienen vivos los actos de resistencia
desde tiempos coloniales
y ensalzando a quienes
con pensamiento invasor conquistador
siguen saqueándonos
en nombre de un dios en el que ni ellos creen,
sentados en sillas de oro
que nuestros abuelos hicieron,
nuestros padres lijaron
y nosotros llevamos en los hombros.