De «Error binario del huevo de oro»
No importa quiénes sean los comensales al otro lado del libro. La poesía no sabe dar de comer.
una buena palabra por verso
hay luz en todos lados mis pupilas duelen y mi alma no sabe qué no hacer
Hallo un manuscrito de mi juventud… Lo edito y lo publico. Suenan risas grabadas.
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
la ley que aplica para
Cada historia que me fue contada es oída, cíclicamente, una y mil v… cuando estoy en silencio, y, además, guardada bajo llave, como un gran secreto,
no cualquiera ignora desde un bill… y no cualquiera hace un poema ince… aunque todo billete valga menos qu… y cualquier persona que no lo cono… no cualquiera es poeta luego de ir…
Los pájaros no salen a volar porque sí.
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría
En algún lugar sin nombre, sin mapa, estoy esperándome. El lugar es adentro de mí y cada vez se aleja más de donde e…
La veo acercarse, por mí. Sin traje de gala arrima, sin armas. De albo fulgoroso viste sus negras empresas. La veo cada noche, en mi cama,
No me consta que me conste lo que… Ni me consta que no me consta lo q…
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.