De «Un (casi) poema (malo) al día»
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
Juegos de los fuegos artificiales… Rapapolvos amangualados de los uni… Mutismo por miedo a sucumbir indig… Indolencia del régimen con el rest… Fronteras intangibles en la estrat…
Desde que te conocí, poesía, me hice la misma pregunta. Desde que te conozco, me he hecho la misma pregunta. Y siempre estuviste,
una bestia huye de mí y sobrevive yo huyo de otra bestia que sobrevivió
Colores blandiendo la espada de la… Convites acuosos desde el fervor i… Visitas empíricas e inusitadas par… Cubrimiento de primer nivel de las… Insectos demorados en la barra del…
No tengo dónde anidar el mundo es cada vez más plano.
lo comprendo tarde la vida lo era todo nada más
no soy poeta ni no
de mí cuelga una gota
—¿Qué vendes? —Poemas. —¿Cuánto valen? —No tienen precio.
No importa quiénes sean los comensales al otro lado del libro. La poesía no sabe dar de comer.
No me consta que soy yo el que dic… Habrá que ver qué dice la historia y qué la literatura. Y qué yo.
Cuando borro sonrío. Dios sonríe cuando crea vacío, aunque nadie lo haya visto.
La poesía es como los relojes: funcionan todos igual, pero diferente. Como el pan antes de serlo,
por favor, siéntese usted para pod… y sin riesgo de desmayo porque hoy… el día internacional de los derech… sí, con confianza, ríase usted de… que no saben que los humanos son l…