De «Un bicho cayendo con épica agonía»
no todo puede ser gracioso
Desde que te conocí, poesía, me hice la misma pregunta. Desde que te conozco, me he hecho la misma pregunta. Y siempre estuviste,
—¡Mira, una estrella fugaz! —¿Qué pasa con las estrellas fugac… —Que se debe pedir un deseo. —Ah… —¡Pídelo!
No importa cuántas horas pasen entre poema y poema. La poesía no sabe leer el reloj.
La tarde cayó en mis ojos y se rompió en mil y un pedazos. Soy el trozo mil uno y los demás son incontables.
Tibio lecho, de dispares usos, cuéntale, al oído, de tus amantes anteriores, de los que, como él, dejaron sus sudares en tus tejidos… y partieron, a otro camastro,
En el timo letal de la vida extint… todos los que resultan, mutilados, reverberan con las banderas, en al… de calaveras y huesuda cruz y negr… A las puertas de salida,
seguir reglas pero si están
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¿qué me va a decir, pequeño genio? ¿Qué la efe es el grifo del abeced… ¿que el libro es un pájaro con más… ¿qué venecia es el sitio en que na… ¿qué el cometa es una estrella a l…
Desperté afuera de Borges para si…
una bestia huye de mí y sobrevive yo huyo de otra bestia que sobrevivió
No me consta que me conste lo que… Ni me consta que no me consta lo q…
—¿Por qué vistes de negro? —Es el duelo. —¿Por alguien? —Con alguien. —¿Quién?
Un escritor joven me escribe para… (como si yo fuera quién para darlo… qué viejo estoy para la industria… Mi respuesta es pública, joven esc… hay buenas noticias para ustedes,…