De «Un (casi) poema (malo) al día»
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
animal de siete cuerpos contaminad… derrotados por la pérdida de sí mi… ojalá haya guardado en un cajón fo… y todas las pruebas de sus triunfo… para cuando sus hijos crezcan
Desperté con la mitad de los ojos.…
Desperté, pero el mundo sigue dorm…
les tengo una invitación muéranse los espero con la parilla encendid… y con cerveza fría
Juegos de los fuegos artificiales… Rapapolvos amangualados de los uni… Mutismo por miedo a sucumbir indig… Indolencia del régimen con el rest… Fronteras intangibles en la estrat…
Aguas negras de color rojo que nad… Hacinamiento ulterior a la muerte. Igualdad de partes en partes desig… Restos remojados en espera de la l… Pictogramas de la colombianidad mo…
tuvieron que inventarse el día de… después de quebrar a medio mundo c… en todo lo que no necesitaban ni el día de ayer ni hoy ni nunca un viernes que fue casi tan negro…
Las horas sin advertir mutaron, son más prófugas y audaces. Los convidados escasean, más irónicos e hipócritas, tiñen las paredes
Cada historia que me fue contada es oída, cíclicamente, una y mil v… cuando estoy en silencio, y, además, guardada bajo llave, como un gran secreto,
Desperté por mayoría de votos. Y…
Por fin lo descubrí: el mundo es una ruleta rusa, y nosotros la bala.
—¿Qué vendes? —Poemas. —¿Cuánto valen? —No tienen precio.
Hubo un tiempo en que los hombres fueron dioses y dominaron todas las artes y las ciencias de forma misteriosa e inmisericord…
Gano dinero de mil maneras pero no haciendo poesía. Estoy a salvo. Por ahora.