De «Disentir de las paredes en blanco»
nazco de mí lo veo desde la lejanía la sangre asusta a mi sangre la vida consuela a mi vida
Huecos en la casa bolsas de alimento vacías manuscritos llenos.
Más que temerle a qué dirán le temo al qué diré.
siguen impunes como si partir
Le lanzo piedras a la luna a dios a mi sombra a todo lo que se mueve. Le lanzo piedras al agua empozada
No importa cuántas horas pasen entre poema y poema. La poesía no sabe leer el reloj.
Para qué un poema extenso si la vida dura un verso.
No tengo dónde anidar el mundo es cada vez más plano.
Me pregunto si la tierra con sus entrañas llenas de oro sabe que es la tierra. Me pregunto si la tierra sabe qué es el oro.
Las señales universales las enramo… esperando que él, el eslabón perdi… las indulte y las disponga, las en… las transmute a materia, gris, esp… con el tacto, las atienda al calar…
no cualquiera ignora desde un bill… y no cualquiera hace un poema ince… aunque todo billete valga menos qu… y cualquier persona que no lo cono… no cualquiera es poeta luego de ir…
Hallo un manuscrito de mi juventud… Lo edito y lo publico. Suenan risas grabadas.
—¿Quién es usted? —Eso debería saberlo usted.
Desde que te conocí, poesía, me hice la misma pregunta. Desde que te conozco, me he hecho la misma pregunta. Y siempre estuviste,
Por poeta, creo, vivo rogando. Con el mazo dándome y rogando no ser poeta.