Quiero vagar moroso por tu cuello, flor de canela.
En la noche vil, abraza a tu hijo, niebla fantasma.
Este, mi pecho bruto que acompaña tus amarguras.
Rayo de perla entibia tu ciudad, forja la niebla.
En otras fosas se quejarán los llantos, aquí, los versos.
Se aproxima. Sospecho la tristeza. Es tu ausencia.
Pueblito majo, la Atenas del norte, sal de tu celda.
Eres el agua divina, y cautiva de las narices. Cuida tus flores, riega tus tallos, Magda.
La noche abre, y puedo atenderte corazón blanco.