Como un ciclón, disparado ante tu boca,
va la perra y me toca,
otra vez ese sabor.
La situación, flamante y vanidosa,
aunque se que es otra cosa,
no es la primera que pasó.
Debo ser yo,
que no entiendo las señales,
te pegan y aunque pagues,
quedas vacío y con dolor.
Mira que bien,
ya no pido que me quieras,
mes igual hasta que mientas,
pero inténtalo ocultar.
Eso es verdad,
nadie me llamó a tu puerta,
ni siquiera estaba abierta,
solo te escuche gritar.
Vaya, no me había percatado,
ahora mismo están pasando
y también escucharán.
No lo hagamos complicado,
media vuelta y ahí nos vemos,
ni te explico, me es igual.
Bye.