Sara de Mingo

Republicano

Los fascistas cogen sus flechas
y tensan los dos arcos del yugo,
pero cara al sol jamás aciertan,
y sin ser de cara no es lo suyo.
 
De noche recogen sus emblemas
y los disparan con la media luna,
llenando el cielo de falsas estrellas
que el pueblo devuelve una a una.
 
Nadie quiere verlas
y no las verá nadie.
Pueden quedarse con ellas
los asesinos de la Falange.
 
Mejor morir en la trinchera
que vivir con una mordaza;
tener en la boca esa bandera
es la vergüenza de España.
 
Es mejor morir de pie
que vivir arrodillado;
no bordar en rojo ayer
la camisa, soldado.
 
Saber que hay mucho reo
que fue ayer encarcelado,
y recordar que Prometeo
también estuvo encadenado.
 
Recordar todos los cuentos
de presos y presas fugadas
gracias a túneles secretos
que cavaron con cucharas.
 
Y recordad la leyenda
de los dos republicanos
que lucharon en la guerra
con dos dedos levantados
y una flor en la escopeta.
 
Esa flor que deslizaron a diario
por debajo de la puerta,
pues no cabía dentro del armario
ni tampoco cabía fuera.
 
Ambos guardaron la rosa
que de noche se regalaron,
y cuando fueron a fusilarlos
salió una flor de la pistola.
 
—Ni siquiera uno se ha salvado.
—¡Vete de nuevo a comprobarlo!
—¡Señor, el muro está sangrando!
 
“Ni Dios, ni Patria ni Amo”.

Este poema forma parte del libro "Versos encadenados que siguen robando tinta".
https://sarademingo.wordpress.com/wp-content/uploads/2020/06/republicano.pdf

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