Del poemario Materia prima (2003)
Con los ojos leales en la periferia de la realidad estuve aquí siempre al borde del miedo al abismo. Apariencias diluidas
Afuera rugía el viento desatando los campos. Silueta indómita me habló sin palabras: cuando maduren las uvas
He venido desde tan lejos y viajo y viajo con sed de búsqueda hasta que llego hasta que viene a mí
Soñé a Ana soñando Praga plácido amanecer callejuelas adoquinadas de bruma. Ana camina reflejo de luz de farolas
Bajé peldaños recónditos páramos oscuros de mi propio infierno
Pintar un rechazo el color que recuerde un sueño el eco del sonido del mundo exteri… dibujar niebla de locomotoras ya a… tarantelas y andaluces en un tangu…
La plantan al frente de la nave tal vez parezca inmóvil pero debe hacerse cargo del timón. Sobrevienen tempestades
Tristeza disfrazada de sílabas transformada en insectos flores fluida agua clara aire azul de besos diáfanos. Mudas las manos cortas
Todo está inmóvil esperando. La tierra adquiere aérea pasividad los hombres
Debo partir desnuda hacia las cóncavas tierras muda de dolor la mirada hundida.
Huyen las distancias se hace necesario el retiro de las voces descanso adormecido en un hombro. Miles de puntos se unen en un todo
Y sigue siendo lágrima de brava marea tejedora de pocos rincones allí donde residen suaves
El vino transfigurado es provisión para el camino. Entonces las manos nos ofrecen
Tal vez alba rocosa de caníbal tristeza de andar desandando distancias decretando nuevos rayos de soles fabricando otros abismos.
Tirando de la punta del ovillo el de las esperanzas y los sueños tenaz golondrina azul un viejo año se va memoria colectiva que se evapora