I Adagio
Desde las propias oscuras zonas
y donde también persisten
los senderos del biendecir
allí donde lo uno es siempre lo sagrado
volví hoy a leer los cauces
de la infinita mirada de la luz
en pliegues de despliegues y emanaciones
anhelante de intensos días
desafío de la respiración.
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II Allegro
Mi pequeño espacio manuscrito florecido
apacigua la mente en su bálsamo.
En el camino hacia la energía niña
mira desde dentro hacia la matriz
que crea siempre otros mundos.
Escribo cambiar la mirada de lugar
y el paisaje intemporal observa
un rostro que regresa del pasado
las sombras de las ilusiones fosforadas
esos miedos pétreos y frágiles
espejos vivientes.
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III Andante
¿Resetear y emprender de nuevo?
En una realidad sumida en el ansia
de la búsqueda
poema que jamás podrá escribirse
melancolía y hastío de querer matar
al propio monstruo de la máscara cruel.
La vida me repito es permanente cambio y abismo
la verticalidad encajonada de las ciudades
y tal vez la silenciosa y arisca
rutina de perseguir la ausencia.
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IV Presto
Me sostienen aún
esos años de caballos y de perros
de que queda tanto por amar y leer
y tanta buena gente y tan buenas historias
para la expansión de la soledad
en terrazas de sosiego y sol y voces
el abrir lo cerrado para aliviar lo confuso
y el desertar de lo que dentro nuestro
parece crujir por un mundo que agoniza.
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V Vivace
Porque primero es vivir el hechizo de la voz
melancolía profana
para desandar los caídos pasos.
Además está vívido en mí aquello de que
mientras rompía mis primeros poemas
mi padre
traducción del linaje y del abismo
me enseñó que todo color
azul cielo es absurdo
y la percepción de lo imaginario
es aún hierba fresca
trama infinita hiel aguda
dulzor siempre posible.