No soy un fulano con la lágrima fá… De esos que se quejan sólo por vic… Si la vida se deja, yo le meto man… Y si no aun me excita mi oficio Y como además sale gratis soñar

Lo peor es que, dentro de un tiemp… cuando estrene Dieguitos y Mafald… en el Gran Rex, y vuelva borrachi… al hotel, no te harán de guardaesp… Los lunares que cuente, mientras c…

Tendrías que haber visto el careto… el día de mi primera comunión. Disfrazado de contraalmirante y re… no veas cómo era el cante que iba… Cuando el párroco se inclinó hacia…

De sobras sabes que eres la primer… que no miento si juro que daría por ti la vida entera, por ti la vida entera; y, sin embargo, un rato, cada día,

En la 69 punto G tiene el corazón una oficina donde don Nadie gana al ajedrez y los adivinos adivinan y los aladinos aladinan

Comprar el todo a cien de Calamar… es mudarse al país de Gulliver, qué capricho saberse un bicho raro… cuántos nichos trepana su alfiler. Cálices, brújulas, monomanía,

No me importa alternar con un mafi… Si cuenta buenos chistes y es rumb… No me mola aplastar a los insectos A quién me brinda un hola le conte… No tengo en un altar a la familia

El juez justo y severo cada noche devuelve la toga y la ley al baúl y en la barra del “Angel Azul”, con un Chivas con hielo,

En la posada del fracaso, donde no hay consuelo ni ascensor, el desamparo y la humedad comparten colchón y cuando, por la calle,

A ti que te enfurruñas con mis bro… hija de anciano bardo inevitable, candidata a heredar mis cromosomas… polizón de un por fin ingobernable… A ti que me arruinas con percebes,

Esta tarde la sombra está que arde… esta tarde comulga el más ateo, esta tarde Antoñete (Dios lo guar… desempolva la momia del toreo. Esta tade se plancha la muleta,

Le pedí la llave del huerto de su boca. —No la tiene nadie —me dijo—. En el amor no voy de flor

No dejaré sin contestar tu carta a sílabas cuntadas, maestría, que le debemos, buen rayo te parta… entrambos al mester de germanía. Derogo desde el alma del delito,

Cuando se despertó, no recordaba nada de la noche anterior, “demasiadas cervezas”, dijo, al ver mi cabeza,

Evocaré el boliche clandestino que desató mi lengua y tus botones… ¿qué panal libaré cuando el destin… me requise la miel de tus pezones? Eccema de mis pilas agotadas,