Joaquín Sabina

Carguen, apunten, fuego

Cuando no queda nada ya mejor que la lluvia
y entrar en cualquier bar y pedir un Martini
y volver a largarse sin haberlo acabado
y odiar a las parejas que salen de los cines.
 
Las siete de la tarde, quisiera estar borracho,
hace ya dos semanas que Lucia no me escribe,
no para de llover, camarero otra copa
con alcohol se hace menos mono son a la mili.
 
El capitán nos habla del amor a la patria,
el sargento del orden y de la disciplina
los soldados dormitan, cuentan los días que faltan
o se llenan la panza de vino en la cantina.
 
Sus madres les envían paquetes con chorizo,
(salchichones, embutidos... )
Sus novias largas cartas, corazones pintados,
(dibujados, dibujados... )
la ciudad cuando salen les es hostil y extraña
y las chachas no quieren ya nada con soldados.
 
Queda el pobre consuelo de andar de cuando en cuando
a aumentar la clientela de una casa de putas
y pasar media hora de amor apresurado
a esa gorda que hace rebaja a los reclutas.
 
Y el lunes otra vez, como no mi teniente
tiene mucha razón, si claro, desde luego,
cuerpo a tierra, saluden, media vuelta, de frente,
firmes, alto, descansen, carguen, apunten, fuego.
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