Rosalía de Castro

A la luz de esa aurora primaveral, tu pecho

La canción que oyó en sueños el viejo

la luz de esa aurora primaveral, tu pecho
vuelve a agitarse ansioso de glorias y de amor.
¡Loco...!, corre a esconderte en el asilo oscuro
donde ya no penetra la viva luz del sol.
 
Aquí tu sangre torna a circular activa,
y tus pasiones tornan a rejuvenecer...
huye hacia el antro en donde aguarda resignada
por la infalible muerte la implacable vejez.
 
Sonrisa en labio enjuto hiela y repele a un tiempo;
flores sobre un cadáver causan al alma espanto;
ni flores, ni sonrisas, ni sol de primavera
busques cuando tu vida llegó triste a su ocaso.

#EscritoresEspañoles (1884) En Sar del las orillas

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