Estás en mí,
y acaso no lo sabes,
como yo estoy en ti
sin que tú lo presientas.
A veces muchas penas
me asoman a los ojos
y a veces muchas quejas
me asoman a los labios,
y muchas veces, siempre,
muchas veces, me callo.
Estás en mí
sin que tú lo comprendas
y yo también en ti
sin que tú lo adivines.
A veces crecen flores
que todos pisoteamos
y a veces en un gesto,
en uno sólo, hablamos,
y muchas veces, siempre,
muchas veces, callamos.
Estás en mí
sin que puedas saberlo
y yo también en ti
sin que puedas decirlo.
Frente a frente, de cerca
a veces, muchas veces
quiero hablarte y no puedo,
y muchas veces, siempre,
en tu boca hay un beso.
Estás en mí,
y aunque no lo adivines,
yo estoy también en ti,
con mi gesto callado.
A veces el silencio
se bebe siendo amargo,
y a veces en un sueño
puedo hablarte y te hablo,
y muchas veces, siempre,
puedo decir que te amo.
Estás en mí,
y aunque tú no lo sabes,
yo estoy sobre tu amor
sin que tú lo presientas.
A veces te me acercas
caminando en un sueño,
y a veces nos amamos
plenamente, sin miedo,
y muchas veces, siempre,
te vas cuando despierto.