Mentí más de una vez
Cuando el dolor marcaba sus ojos
Cuando marchaba con clavos en los pies
Cuando reinaba el bullicio en el silencio
Cuando había una razón para ser
Y aun así permitía el control a mis momentos
Y aún así me permití serte fiel
Permití caer los cielos
Cuando lo sostenían débiles columnas
Permití creer en lo eterno
Aún cuando no merecía
Me arroje a las llamas de inexistentes besos
Caí en una tormenta de inseguridades
Pretendí volar entre irregulares trazos
Quise ser yo, él y todas las desigualdades
Y aún así estoy felíz, tirando de la cuerda
Aquella que arranca, la sangre de tus venas.
Aquella que te hace feliz, aunque tu alma eternamente muera.