Hoy lo mismo que ayer... Tal vez mañana
recordarás con pena este pasado,
cuando ya esté tu corazón helado
y cuando tengas la cabeza cana.
Y pensar que yo pude, en tu ventana,
ser el galante trovador soñado,
y así como Romeo enamorado
oír cantar la alondra en la mañana...
Tu juventud se va; se va la mía,
y mientras cae lentamente el día
me entretengo en pensar que estás muy lejos;
en que nos hiere idéntica congoja,
y cada tarde azul que se deshoja
nos deja más sombríos y más viejos.