Una madrugada mía
En el lecho silente de mi recinto
tuve un sueño, en el que creí
creí oirte pronunciar mi nombre
noble desdicha
y la memoria resurge, antagónica a olvido en el que te he confinado
presagio de un amanecer
permanencia, entre danzas celestes, sabanas de calma .
fuimos soberanos de lo puro de la naturaleza y de lo sombrío
acariciabas solemne lo sagrado, entre las hojas de tu regazo
y redujimos lo siniestro, a un simple juego
que duerme en las manos de un niño, que desconoce
abnegados a la naturaleza efímera del camino
y si supe, olvidé
y si sabias, desconocí
en las profundidades de tu razón tal vez, yacía un nombre
que resultaba ajeno, ante aquel triste deseo de permanecer .
Estigia del alba
El dorado resplandor, desolador tomaba por asalto las ventanas
y el firmamento que pintaste sobre los marcos, se iluminaron dando paso a la nada
la noche se redimía ante aquel día .
los azules Sándalos se asomaron a tu cabellera
Con devoción Onírica pedí, intentando que se nos otorgase un instante más .
Cercano a lo eterno .