Te he escrito varios poemas de amor y anhelo.
Pero hoy encontré algo que me destruyó completamente.
Ahora no quiero escribirte anhelos, quiero regresar al momento en el que me dijiste adiós y yo sabía que nuestras almas estaban llamándose a gritos.
Felicito a mi mente por tan cruel broma.
Desde mi profunda nostalgia, nacen miles de preguntas de las cuales obtengo respuestas claras.
Tu ya no estás, no estarás y nunca estuviste.
Yo fui tu reflejo chantajista.
Ganaste.
Quiero llorar un mes completo y luego otro más.