2020
Qué arrullo murmurante tarareas cuando me acobijas y acurrucas en tus brazos como dos marfiles dispuestos a todo,
Suena como la determinación de un sabio que se yergue frente a las olas del mar salvaje con vista triunfante, de un guerrero o dios.
Como tela protectora te siento acariciarme con un solo dedo por todo el cuerpo,
y me miras con ternura sabiendo lo que pienso, apostando las estrellas como diamantes ante mi
Sentir esto, a ti,
que tan silenciosamente guardaste reposo y que como la fluidez del agua envolviste a la tierra para germinar esa pequeña semilla hundida en lo recóndito para dar florecimiento a un nuevo aire, a un campo que parece sereno y bello por dentro,
pero por fuera se ve rondado por varias tormentas.