¿Pero por qué murió allá en Marsella
tan cerca de la luz atrevida del muelle,
la Canabière, la sopa de pescado,
las rosadas mujeres de la feria
y el viejo olor que viene de los barcos
sin confesar dónde enterró la poesía
—como a un pájaro loco—, en qué baldío,
en qué lámpara pura, en qué ventana,
en qué lluvia crecida con violetas?
Donde el futuro está esperando