Cuánta congoja agazapada
Llevas, Eusebio
El paisaje moral de tus contemporáneos
Te afectó como una lepra blanca.
Eres demasiado sensible, muchacho
Recógete en los libros,
En tu alquimia,
En el calor de tu madre.
El resto no vale la pena, Eusebio
Son fantasmas
Muchedumbres de fantasmas ebrios.