Ramón López Velarde

Muerta

Por débil y pequeña,
oh flor de paraíso,
cabías en el vértice
del corazón en fiesta que te quiso.
 
Salíamos al campo
y tu cuerpo minúsculo
se destacaba airoso
en la grana y el oro del crepúsculo.
 
¡Oh noches enlunadas
oh provinciana orquesta,
oh, tu alma piadosa!
¡Oh mi incansable corazón en fiesta!
 
Y una noche moriste
con la paz de un lamento
que se va con la brisa
al brocado ideal del firmamento.
 
Se derramó tu espíritu
cual vaso de ambrosía,
y en tu mano difunta
puso mi amor una azucena pía.
 
Sorda estás para siempre,
el recuerdo me abrasa
y al tocar en la puerta
turba el ruido el silencio de la casa.
 
¡Oh ilusión fallecida
en abril! ¡Oh alma presta
a todos los ensueños
del incansable corazón en fiesta!
 
Álvaro de Monprez

#EscritoresMexicanos (1905-1912) Primeras poesías

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