Ramón López Velarde

Despilfarras el tiempo

Prolóngase tu doncellez
como una vacua intriga de ajedrez.
 
Torneada como una reina
de cedro, ningún jaque te despeina.
 
Mis peones tantálicos
al rondarte a deshora,
fracasan en sus ímpetus vandálicos.
 
La lámpara sonroja tu balcón;
despilfarras el tiempo y la emoción.
 
Yo despilfarro, en una absurda espera,
fantasía y hoguera.
 
En la velada incompatible,
frústrase el yacimiento espiritual
y de nuestras arterias el caudal.
 
Los pródigos al uso
que vengan a nosotros a aprender
cómo se dilapida todo el ser.
 
Tu destino y el mío, contrapuestos,
vuelcan el apogeo de la vida
febril e insomne que se va, en la ida
de un cofre que rebosa
y se malgasta en una fecha ociosa.
 
Las monedas excomulgadas
de nuestro adulto corazón
caen al vacío, con
lúgubre opacidad, cual si cayera
una irreparable sordera.
 
Y frente al ínclito derroche
de los tesoros que atesora
el yacimiento de las almas, algo
muy hondo en mí, se escandaliza y llora.
 
Noviembre de 1916

#EscritoresMexicanos (1919) Zozobra

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