#Mexicanos #Modernismo #SigloXX (1919) Zozobra
Hambre y sed padezco: Siempre me… a satisfacerlas en los turbadores gozos de ciudades —flores de pecad… Esta hambre de amores y esta sed d… que se satisfagan en el ignorado
Hoy te contemplo en el piano, seño… las manos sobre las teclas, en los… y ambiciona santamente la dicha de… mi corazón, por estar bajo tus pie… Porque yo sé de tu planta ser de t…
De tu magnífico traje recogeré la basquiña cuando te llegues, o niña, al estribo del carruaje. Esperando para el viaje
Mi virtud de sentir se acoge a la… del barómetro lúbrico, que en su e… los volubles matices de los climas… con una probidad instantánea y pre… Mi única virtud es sentirme desoll…
Los circos trashumantes, de lamido perrillo enciclopédico y desacreditados elefantes, me enseñaron la cómica friolera y las magnas tragedias hilarantes.
Con planta imponderable cruzas el mundo y cruzas mi concie… y es tu sufrido rostro como un éxt… que se dilata en una transparencia… ¡Pobrecilla sonámbula!
Me enluto por ti, Mireya, y te rezo esta epopeya. Mis entrañables provincianas mías: no sospeché alabar vuestro suicidi… en las facinerosas tropelías.
Me impongo la costosa penitencia de no mirarte en días y días, porq… cuando por fin te miren, se anegue… como si naufragasen en un golfo de… de melodía y de vehemencia.
Huérfano quedará mi corazón, alma del alma, si te vas de ahí, y para siempre lloraré por ti enfermo de amorosa consunción. Triste renuncio a las venturas tod…
Volando del vértice del mal y del bien, es independiente la saltapared. Y su principado,
Tierra mojada de las tardes líquid… en que la lluvia cuchichea y en que se reblandecen las señori… el redoble del agua en la azotea..… Tierra mojada de las tardes olfati…
¿Dónde estará la niña que en aquel lugarejo una noche de baile me habló de sus deseos de viajar, y me dijo
Muchachita que eras brevedad, redondez y color, como las esferas que en las rinconeras de una sala ortodoxa mitigan su es…
Resígnanse los novios con subconsciente pánico, al soso parabién del concurso inórganico. Al fin, va la consorte
Tú no eres en mi huerto la pagana rosa de los ardores juveniles; te quise como a una dulce hermana y gozoso dejé mis quince abriles cual un ramo de flores de pureza