#Argentinos
Bajo el ombú corpulento, de las tórtolas amado, porque su nido han labrado allí al amparo del viento; en el amplísimo asiento
Con tu sonrisa embelleces Y haces tus quince lucir; Te lo habrán dicho mil veces: Blanco pimpollo pareces Que comienza a entreabrir.
¡Oh! ¡Mis islas amadas, dulce asi… de mi primera edad! ¡Añosos algarrobos, viejos talas donde el boyero me enseñó a cantar ¿Por qué os dejé, para encerrar mi…
Brisa que en medio de la selva can… apacible rumor del oleaje, es el susurro de su blanco traje al deslizarse su ligera planta. Luz de la estrella que al caer la…
Es la mañana: nardos y rosas mueve la brisa primaveral, y en los jardines las mariposas vuelan y pasan, vienen y van. Una niñita madrugadora
Yo tengo mis recuerdos asidos a tu… yo te aino como se ama la sombra d… risueño compañero del alba de mi v… seíbo esplendoroso del regio Paran… Las horas del estío pasadas a tu s…
Vivaz, armonïosa, Risueña y sonrosada, El trágico coturno Crujiéndole en las plantas, Volcado el traje en opulentos plie…
Iba un anciano trepando en ágil mula la sierra, desde el sombrero a la barba suelto el barbijo de seda; poncho de agreste vicuña
Tu “Flor de la caña”, ¡Oh Plácido amigo! No tuvo unos ojos Más negros y lindos, Que cierta morocha
Pues las pides, en tu busca van mis flores ignoradas, con su modesto perfume y risueñas esperanzas. No temas, no, que en sus hojas
Hijo audaz de la llanura y guardián de nuestro cielo, que arrebatas en tu vuelo cuanto empaña su hermosura: ¡Ven, y vierte tu frescura
¡Ah! yo que en torno de tu sien he… Perennemente suspendida el alba, Y encenderse en el cielo de tus oj… Como una estrella el esplendor de… Ha querido mi ofrenda de poeta
Ven, sigue de la mano al que te amó de niño; ven, y juntos lleguemos hasta el b… que está en la margen del paterno… ¡Oh, cuánto eres hermosa,
¿Quién no ha visto en las orillas del hermoso Paraná, esa banda, siempre verde, siempre móvil del juncal? En las horas de la siesta,