Feo, de hollín y fango. ¡No verte! Antes, de nieve, áureo, en trineo por mi alma. Cuajados pinos. Pendientes.

Cúbreme, amor, el cielo de la boca con esa arrebatada espuma extrema, que es jazmín del que sabe y del q… brotado en punta de coral de roca. Alóquemelo, amor, su sal, aloca

...Y ya estarán los esteros rezumando azul de mar. ¡Dejadme ser, salineros, granito del salinar! ¡Qué bien, a la madrugada,

(Muerte) A un niño, a un solo niño que iba… para ángel indiferente de una esca… Mirad. Conteneos la sangre, los o… A sus pies, él mismo, sin vida.

Gimiendo por ver el mar, un marinerito en tierra iza al aire este lamento: ¡Ay mi blusa marinera! Siempre me la inflaba el viento

Inmóviles, clavadas, mudas mujeres… y hombres sin voz, lentos, de las… quieren, quisieran, querrían pregu… —¿Cómo tú por aquí y en otra parte… Querrían hombres, mujeres, mudos,…

«Yo he visto Panamá desde las nub… como albos continentes sin viajero… de norte a sur, y comprobando el I… sobre una larga zona de uniformes: la flor del mar Pacífico, entrevis…

Mañanita fría. ¡Se ha muerto el mar! La nave que yo tenía ya no podrá navegar. —Mañanita fría,

Aun verdes, imagino que algún día de algún año pasado, un curso ido, sobre un mapa en el tiempo desvaíd… estudiábamos juntos geografía. Como los papagayos colegiales,

Cántico de cánticos. Cantar de cantares. Canción de canciones. Encendidas están las flores, las e… muriéndose de amor, sobre todos lo…

Por amiga, por amiga. Sólo por amiga. Por amante, por querida. Sólo por querida. Por esposa, no.

Zarparé, al alba, del Puerto, hacia Palos de Moguer, sobre una barca sin remos. De noche, solo, ¡a la mar! y con el viento y contigo!

«Cuando desembarqué en Buenos Aires, no sé si ya lo conté, lo hice después de presenciar lo que se llamó luego la batalla de Punta del Este, entre la flota británica y el Graff Spee, un...

Siempre andar de bajada o de subid… entrar, salir y entrar… ir al merc… ¿A cómo están los huevos? ¿Y el p… Se va en comer y en descomer la vi… Ir a los templos, ya la fe perdida…