Rafael Alberti

Maadrigal sin remedio

Porque al fin te perdieron fuegos tristes
y humos lentos velaron
velaron el castillo, nívea cárcel.
donde la rosa olvida sus fantasmas,
 
mi corazón, sin voz, ni batallones,
viene solo al asalto
de esas luces, espejos de ceniza
llevadoras a un muerto sur de muertes.
 
Ve su pecho ascendido en dos arroyos
de agua y sangre, hacia el tuyo
quemado ya por huecos tizos fáciles,
falsos, flor, pena mía, sin remedio.
Preferido o celebrado por...
Otras obras de Rafael Alberti...



Arriba