Huele a sangre mezclada con esplie… Venida entre un olor de resplandor… A sangre huelen las quemadas flore… Y a súbito ciprés de sangre el fue… Del aire baja un repentino riego

...Y ya estarán los esteros rezumando azul de mar. ¡Dejadme ser, salineros, granito del salinar! ¡Qué bien, a la madrugada,

«No vine a ti para alabar la niebla que te difumina ni esa escarcha que te hace entrar en una caja cristalina. Ni vine a ver cómo se clava

Tú no sabes lo que es eso y ojalá nunca lo sepas en la boca el colorete, las melenitas cortadas, el cuerpo sobre la falda,

Es más, estáis de acuerdo con los asesinos… con los jueces, con los legajos turbios de los min… con esa bala que de pronto puede h…

A ti, lino en el campo. A ti, ext… superficie, a los ojos, en espera. A ti, imaginación, helos u hoguera… diseño fiel o llama desceñida .

«Javier inició el paso. De su tiendecilla de pino cogió un racimo de uvas de la cena y, comiéndoselo, siguió andando entre los troncos. El bosque se había llenado de gente: refugiados d...

Lo anunciaron primero (lo oí una m… Pablo Neruda ha sido fusilado. Desde muy lejos me mandaba cartas, voces de auxilio, soledad y angust… por encima del mar.

Hoy las nubes me trajeron, volando, el mapa de España. ¡Qué pequeño sobre el río, y qué grande sobre el pasto la sombra que proyectaba!

¡Arriba, trabajadores madrugadores! ¡En una mulita parda baja la aurora a la plaza el aura de los clamores,

Sin dueño, entre las ortigas, piedra por pulir, brillabas. Pie invisible. (Entre las ortigas, nada.) Pie invisible de la ira.

«Me despierto. París. ¿Es que vivo, es que he muerto? ¿Es que definitivamente he muerto?