...
Caracola marina, trozo de liquen
aún anidas por donde pienso, por donde quiero
Aún flotas en mi alma
como el agua triste en reposo.
Espirales de humo danzan en mis dientes
te estoy llamando, ¿me oyes?
Aún anda desierto mi cuerpo de sal marina
por este archipiélago que supone mi cuerpo.
Estoy amarrado al viento, a las huellas
en una comisura de sal voy;
Soy el desesperado hombre de la muralla.
el que lo perdió todo. El que todo lo tuvo.
Grazna aún debajo esa paloma aldeana
cuando nos despedimos por el horizonte del domingo.
Brota esta palabra última
por lo senderos que aun conserva mi alma
¡Llámame! ¡Di que existo! ¡Invéntame!
Sal de ese letargo profundo, de esa roca silenciosa
tibio está tu cuerpo al borde de esa noche
de esta noche, de todas las noches.